Visitas

lunes, 18 de marzo de 2013

¿COMO VIVIMOS?



¿Qué estás viviendo?

“Cuando hemos renunciado a toda esperanza, hemos atravesado las puertas del infierno”
Erick Fromm

Esta es la conclusión reciente, donde un grupo de trece personas reflexionaron por un mes, sobre un pasaje bíblico, Los Discípulos de Emaús (Lc: 24:13-35) trabajando en una introspección de su vida, porque todos tenemos una historia que contar, una historia de acontecimientos, a cada persona le parecía que el hecho que caminar hacia atrás era del todo negativo.
Se descubre en el relato de los Discípulos de Emaús, no solo el mensaje emblemático eucarístico, expresando notablemente las partes que conforman la liturgia en la Eucaristía o Misa.
Además de esta particularidad, el relato hunde sus raíces en los conflictos humanos que recorren los hombres en su historia. Al adentrarse en el estudio, especialmente en su reflexión, se visualiza los conflictos cotidianos de las personas en su caminar, este es un camino personal de curvas peligrosas.
En lo personal al leer y releer el relato, me mostraban una faceta o mensaje único, la eucaristía presente en los Discípulos de Emaús, ahora me resulta el mismo demasiado humano, donde existen siempre contrariedades e incertidumbres que nos acompañan, originando un conflicto existencial.
El problema no es la existencia de dos estados o lugares, un lugar de plenitud (Jerusalén) y un lugar sinsentido (Emaús) es en cuál de ellos me encuentro en este momento, podemos estar viviendo en un lugar o en otro de acuerdo a mí propia historia, el problema crucial es no poder “ver” que Jesús pasa por nuestras vidas.
Lo importante en la vida es caminar, continuar caminado aunque parezca que caminamos hacia atrás, este camino mostrara tinieblas y desgracias, desconsuelos, fracasos, es decir, sin esperanza. Precisamente en estas situaciones del ser humano, Dios camina con cada uno de nosotros hacia atrás, lo hace para poder volver a ver la luz. Jesús al caminar hacia atrás, al encontrarse con nuestras vidas, no reprende por la desilusión o falta de esperanza, El pregunta ¿Qué estás viviendo?
No hay que afanarse en ubicar una zona geográfica sobre Emaús, es un simbolismo, lo que llamaría la metáfora del “vacio”, el vacio de la ausencia de Jesús que nunca está ausente.
A Jesús lo podemos ver pasar, es el compañero de camino cuando podemos abrir los ojos del corazón y lo reconocemos, El infunde vida en el camino que es recorrido todos los días, su misericordia consiste en dar vida y nuevos ánimos. Debemos conocer la misericordia de Dios, para dar esa misericordia a todos, esa es nuestra misión.
No a la pasividad, porque el caminante se reconoce por ser un insatisfecho, dispuesto a abrirse a nuevas proyecciones, en todas las direcciones nos sorprende la vida, su existencia  es perfectamente válida, por esto, se ha de decir, yo quiero, yo me acepto. Quiero vivir.
Existe un ladrón de sueños que se llama miedo, justo para dar el primer paso, los ojos se inundan de oscuridad en una mañana llena de sol, la ausencia de luz imposibilita caminar porque nos podemos tropezar y el obstáculo más grande somos nosotros mismos. Nunca podemos saber si existe el otro lado, si no atravesamos nuestro propio océano, al cometer el pecado de detenerse, seremos partes del gran batallón de los paralizados, de los desalentados de la vida y todos las metas se hundirán en ese océano que nunca te atreviste cruzar.
Qué hacer cuando te encuentres con otros atorados en la vida, sin ilusión y ganas de terminar con su vida. Hay que gritarles fuerte para que despierten, porque se están perdiendo lo mejor de la vida, para que despierten de sus propias pesadillas. Gritarles: ¡estúpidos despierten! Y ¡adelante! ¡Adelante siempre!

No hay comentarios: