¿Qué
estás viviendo?
“Cuando
hemos renunciado a toda esperanza, hemos atravesado las puertas del infierno”
Erick
Fromm
Esta es la conclusión
reciente, donde un grupo de trece personas reflexionaron por un mes, sobre un
pasaje bíblico, Los Discípulos de Emaús (Lc: 24:13-35) trabajando en una
introspección de su vida, porque todos tenemos una historia que contar, una
historia de acontecimientos, a cada persona le parecía que el hecho que caminar
hacia atrás era del todo negativo.
Se descubre en el
relato de los Discípulos de Emaús, no solo el mensaje emblemático eucarístico,
expresando notablemente las partes que conforman la liturgia en la Eucaristía o
Misa.
Además de esta
particularidad, el relato hunde sus raíces en los conflictos humanos que
recorren los hombres en su historia. Al adentrarse en el estudio, especialmente
en su reflexión, se visualiza los conflictos cotidianos de las personas en su
caminar, este es un camino personal de curvas peligrosas.
En lo personal al leer
y releer el relato, me mostraban una faceta o mensaje único, la eucaristía
presente en los Discípulos de Emaús, ahora me resulta el mismo demasiado humano,
donde existen siempre contrariedades e incertidumbres que nos acompañan,
originando un conflicto existencial.
El problema no es la
existencia de dos estados o lugares, un lugar de plenitud (Jerusalén) y un
lugar sinsentido (Emaús) es en cuál de ellos me encuentro en este momento,
podemos estar viviendo en un lugar o en otro de acuerdo a mí propia historia,
el problema crucial es no poder “ver” que Jesús pasa por nuestras vidas.
Lo importante en la
vida es caminar, continuar caminado aunque parezca que caminamos hacia atrás,
este camino mostrara tinieblas y desgracias, desconsuelos, fracasos, es decir,
sin esperanza. Precisamente en estas situaciones del ser humano, Dios camina
con cada uno de nosotros hacia atrás, lo hace para poder volver a ver la luz.
Jesús al caminar hacia atrás, al encontrarse con nuestras vidas, no reprende
por la desilusión o falta de esperanza, El pregunta ¿Qué estás viviendo?
No hay que afanarse en
ubicar una zona geográfica sobre Emaús, es un simbolismo, lo que llamaría la
metáfora del “vacio”, el vacio de la ausencia de Jesús que nunca está ausente.
A Jesús lo podemos ver
pasar, es el compañero de camino cuando podemos abrir los ojos del corazón y lo
reconocemos, El infunde vida en el camino que es recorrido todos los días, su
misericordia consiste en dar vida y nuevos ánimos. Debemos conocer la
misericordia de Dios, para dar esa misericordia a todos, esa es nuestra misión.
No a la pasividad,
porque el caminante se reconoce por ser un insatisfecho, dispuesto a abrirse a
nuevas proyecciones, en todas las direcciones nos sorprende la vida, su
existencia es perfectamente válida, por
esto, se ha de decir, yo quiero, yo me acepto. Quiero vivir.
Existe un ladrón de
sueños que se llama miedo, justo para dar el primer paso, los ojos se inundan
de oscuridad en una mañana llena de sol, la ausencia de luz imposibilita
caminar porque nos podemos tropezar y el obstáculo más grande somos nosotros
mismos. Nunca podemos saber si existe el otro lado, si no atravesamos nuestro
propio océano, al cometer el pecado de detenerse, seremos partes del gran
batallón de los paralizados, de los desalentados de la vida y todos las metas
se hundirán en ese océano que nunca te atreviste cruzar.
Qué hacer cuando te
encuentres con otros atorados en la vida, sin ilusión y ganas de terminar con
su vida. Hay que gritarles fuerte para que despierten, porque se están
perdiendo lo mejor de la vida, para que despierten de sus propias pesadillas.
Gritarles: ¡estúpidos despierten! Y ¡adelante! ¡Adelante siempre!
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